ALBA

Amanece otro día

el frío cala los huesos y el alma

y yo quisiera

ser violinista

para arrancarle unas notas

a las cuerdas de hielo de la noche

y reinventar un sol

olvidado y lejano.

2 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

Muy bello poema breve, Marta.

Ha sido un placer leerte.

Felicitaciones
Un beso
Ana

Marta R. Rivolta dijo...

Te agradezco tu comentario.
Gracias por visitar mi blog: Un abrazo. Marta