MILAGRO


Silencio. La vida parece dormida a lo largo del camino. Ha llegado el invierno y con él la sensación de que hasta el alma va a congelarse.

Con el estómago vacío y los huesos a flor de cuero se para frente a mí un perro, cuya imagen es un certificado de pobreza. Me mira, lo miro. Sus ojillos tristes se cargan con una chispa de esperanza y mi corazón parece recobrar el latido. Me mueve la cola, estiro mi mano aterida hasta su cabeza sarnosa y ocurre el milagro en la oquedad de la tarde vacía.

Y nos vamos caminando juntos, inmersos en el bullicio de alegría de las almas que por fin se encuentran.

LAS MUSAS Y LAS PARCAS


Para poder ver - dijo Sir Arthur Conan Doyle - hay que creer con fervor.

- Shhh, silencio... escuchá, ahí están las musas. Una mano cerca de la boca y la otra haciendo bocina junto al oído izquierdo, la voz en un susurro para no alertar a nadie más que a mí, el gesto del todo su cuerpo adecuado a la situación casi de magia propiciatoria para que yo por fin pudiera verlas y oír sus tarareos mientras retozaban con los pies metidos en las aguas cristalinas de la represa.
Hora de la siesta. Sol radiante. Días gloriosos de verano. A horcajadas en sus hombros altísimos, me llevaba a recorrer su mundo de adulto-niño, en el que era un virtuoso del conocimiento y de las tunantadas. Cuando me contaba historias mostraba tal omnisciencia que mi mente infantil se internaba en los campos de sus fantasías. Y creo que desde allí me protegía, a su manera, de los monstruos de la vida real.
En esos paseos de pos almuerzo, que él llamaba petit paseos, me trasmitía cuanta astucia él supiera para salir airoso de las diabluras, pero lo que más me fascinaba eran los datos que el olimpo griego aportaba a nuestros recorridos. Y lo digo sin exageraciones, aprendí más de mitología a través de sus relatos que en los libros que leí en el resto de mi vida.
- Shh, aguzá el oído... allí está Átropos, la que corta el hilo de la vida, y allá sobre aquella roca está Cloto, la más joven, la que preside el nacimiento e hila la suerte de los hombres, y allá, en el borde de el senderito de la costa está Láquesis, la que hila el hilo de la vida. Escuchá como silban mientras atan y desatan la existencia de los hombres...
Sin embargo, por alguna razón, yo no podía ver ni escuchar a las musas y menos aún podía oír el silbido de las parcas en el bosquecito de espinillos unos doscientos metros más adelante siguiendo el camino...
...pero de cualquier manera permanecía inmóvil sobre sus espaldas, acatando su consejo de no hacer ruido para que ellas no nos vieran. No fuera a ser que al descubrirnos, rompieran el encanto de estar ahí, en las riberas mismas de la fantasía, en ese lapso indescriptible, en el que uno cree en lo que no cree y viceversa.



DAMA DE ROJO



Obra: Dama de Rojo
Técnica:Arte Digital
Año 2008

CHIQUITITA

DETRÁS DE LOS LÍMITES


...Más allá del cielo o del infierno

en la esencia que nos forja

está el indicio

del amor...

(que alguna vez

puede salvarnos

o perdernos

para siempre).


MUJERES


Obra: Mujeres
Técnica: Arte digital
Año: 2008

ROMANCE


Frases con olor a menta invaden

la oscuridad.

Las rosas robadas del jardín

del pensionado de las monjas

te espinan los dedos

mientras una trova de perros

desafina un himno interminable

Guauuau aauuuuuu!!!!

música de la noche.

- ¿Te dije

que te quiero? -

Desbordantes de travesura

nos prendemos de los timbres

de las casas del Boulevard

con el perverso propósito

de joderle la paciencia

a los que duermen.

- ¡Yo también

te quiero!-

Somos felices, me parece,

se percibe en la risa

que nos causa cualquier bobería,

y en las manos demasiado inquietas.

Me gusta como suena tu voz

un poco grave...

- ¿puedo...

verte

de nuevo?

Palabras con sabor a chiclets Adams

primavera con luna de fondo

tu piel huele a vieja lavanda

mi corazón adolescente

late a un ritmo desquiciado.

Jueves 26, 10 de la noche

Alta Córdoba. Octubre de 1967

- ¡mañana a

las nueve,

en la esquina

de la plaza!

TENENCIA

Estas canas son mías – se dijo –
este ceño fruncido y esta sonrisa irónica
y este rengueo sistemático
cada comienzo de julio, cuando el invierno
me estalla en los huesos
y me arrincona.

Esta experiencia es mía – se dijo,
y se sacudió a lo perro mojado los años –
el camino sigue hasta donde llegue, pero sigue
mientras dure el aire
mientras haya tiempo
mientras amanezca
mientras tantas cosas.

PAISAJE


Amarillo viento,
naranja ocre gris de frío acerado
olor a humo

pisoteo las hojas doradas
y crepita la vida a mi paso

el sol de esta tarde
abriga el recodo del camino
mientras el otoño se duerme
a los pies de lo eterno.

LLUVIA

En el borde de la tarde
se hamacan las notas
de una canción muy lejana
que aún me emociona
y las horas se distienden
sobre los hilos de una telaraña
garabateando laberintos incomprensibles.
Llueve...
Llueve porque es jueves,
porque estamos en invierno,
porque la oscuridad
decidió venir esta noche
con diamantes brillando en su cabellera.

Embebida de tristeza
preparo un conjuro de amor
para atraerte
porque entre mis manos sólo percibo
el contorno ausente de tu cuerpo.
Llueve...
En el borde de la tarde
un abejorro ha caído
en la trampa de la telaraña
su zumbido se hace añicos contra
las redes tramposas del destino,
y sigue lloviendo.
Llueve larga y mansamente,
sobre el agridulce sabor
de la nostalgia,
sobre el inútil recurso
del recuerdo.
Llueve y son
las ocho menos cuarto...
Llueve.

AGUANTE CULTURA



Las manos, los ojos, la piel, la fuerzas del alma, golpean, empujan, abren brechas.

El pensamiento de los seres que luchan por la libertad del pensamiento, sigue firme, a pesar de las tormentas que han intentado quebrantarlo.
Las ideas crecen
desde todo flanco,
desde todo espacio,
desde todo sueño capaz de despertarse.
Y encienden las imágenes para contar nuestra historia.

LA MIRADA DEL ÁNGEL



Con la seguridad de su mirada vigía

vagabundeo oronda
en esta selva cotidiana donde acechan tantos demonios.
El ángel me cuida
y yo cuido al ángel,
porque alguna vez fuimos
esencia y eternidad

y lo seguimos siendo...